martes, 9 de febrero de 2010

Llega al Solís "La paranoia", del argentino Rafael Spregelburd


Expectativas. El espectáculo dará cuatro funciones a partir de este jueves

CARLOS REYES

Montevideo, Uruguay.- Este jueves se presenta en el escenario mayor del Teatro Solís el espectáculo "La paranoia", escrito y dirigido por Rafael Spregelburd. La obra se dará por cuatro funciones seguidas, hasta el domingo, con entradas entre $ 100 y $ 350.

Autor de avanzada, innovador tanto en los temas como en las estructuras de sus obras, el dramaturgo argentino Spregelburd se empezó a difundir en Uruguay en 1996, luego de un montaje realizado por Mariana Percovich en la estación de trenes de Colón. Protagonizada por César Troncoso y Roberto Suárez, Destino de dos cosas o de tres ocurría en el andén de la estación, un lugar cargado de simbología, que potenciaba el significado del texto. Al final de la puesta, los actores se iban caminando por las vías, en una imagen potente, difícil de olvidar.

La obra de este interesante autor, que fue uno de los representantes de la renovación teatral porteña de los años `90, continuó siendo divulgada en Montevideo por medio de una camada de directores preocupados por ofrecer textos novedosos, que habilitaran puestas en escena experimentales. En 2000 María Dodera hizo en el Teatro Antonio Larreta, del Carrasco Lawn Tennis La extravagancia, y cinco años después, Ruben Coletto ofrecía Raspando la cruz desde la sala dos del Teatro Stella. Estos y otros montajes (María Mendive dirigió no hace mucho Acassuso en el Espacio Palermo) permitieron ir conociendo cada vez mejor a un escritor que maneja un vocabulario extenso y preciso, para manifestar situaciones e ideas creativas, con gran audacia tanto en los planteos como en los desenlaces.

La paranoia se ubica en esa dirección. La ficción se ubica un par de milenios hacia adelante, pero curiosamente en una época no tan distinta de la actual. La ropa, los muebles, las costumbres, no han cambiado tanto como se podría pensar, pero el tiempo ya no se mide de igual manera.

Cinco personajes están reunidos en un lugar inexplicable, con una misión común para la ficción aunque extravagante para la vida real: salvar el cosmos. Y lo más increíble es la forma en que deben hacerlo: el ser humano apelará a la paranoia, es decir, a su capacidad para imaginar lo que no ocurre. Esa cualidad específica lo convierte en el héroe de esta aventura.

Las relaciones con inciertas culturas alienígenas (referidas en la obra simplemente como "las inteligencias") han pasado por varios períodos de inestabilidad, y en este momento el tiempo apremia. Las buenas relaciones (y con ellas la supervivencia del planeta) están garantizadas por un simple pacto: las "inteligencias" necesitan a los humanos porque consumen ávida y golosamente un producto que sólo la Tierra parece producir, dentro del vasto cosmos: ficción.

El elenco, integrado por Andrea Garrote, Mónica Raiola, Pablo Seijo, Alberto Suárez y el propio director, se las ingenia para interpretar a los muchos personajes que aparecen en la historia, realizando una performance que fue muy elogiada tanto por sus individualidades como por la armonía del conjunto. También se destaca la producción audiovisual, que funciona de manera complementaria a la ficción teatral.

La Paranoia forma parte de una heptalogía comenzada por Spregelburd años atrás, y está inspirada en un óleo del pintor El Bosco, artista cuya preocupación principal parece haber sido la inclinación del hombre hacia el pecado, en desafío a Dios, entendiendo esto como una consecuencia fatal de la locura humana.

Teatro híbrido, mestizo y polémico, esta pieza rehuye de etiquetas o modas, aspecto que le ha valido numerosos premios. Quizá lo más sencillo sea calificarla simplemente de intensa y delirante. Irá en el Solís desde el jueves al sábado a las 21 horas y el domingo a las 19.30 horas. El espectáculo no es apto para menores de 18 y las entradas están a la venta en el teatro.

Un teatro del lenguaje y de tierras incógnitas

Nacido en Buenos Aires en 1970, Spregelburd se formó en los talleres de dramaturgia de Mauricio Kartun y José Sanchis Sinisterra, y en el estudio de actuación de Ricardo Bartis. Su actividad en el teatro porteño es múltiple, trabajando como actor, director, autor y docente.

Claro exponente de la dramaturgia argentina actual, la cual ha sido definida como "un teatro del lenguaje y de tierras incógnitas". Entre los premios que ha cosechado se encuentran el Tirso de Molina (por La estupidez), el Casa de las Américas de Cuba (por La paranoia). También protagonizó numerosas películas, por las que ha recibido numerosos reconocimientos: La ronda (de Inés Braun), El hombre de al lado (de Duprat y Cohn), Agua y sal (de Alejo Taube), Música en espera (de Hernán Goldfrid), entre otras.

Fundador de la compañía El Patrón Vázquez, sus trabajos se han presentado en numerosos festivales en España, Alemania, Francia, Suecia, Italia, Inglaterra, República Checa, Portugal, Colombia, Brasil, Uruguay, México, Ecuador y Venezuela. Su obra, que incluye ya más de dos docenas de títulos, ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán, portugués, sueco, eslovaco, checo, polaco, ruso, catalán y neerlandés, y editada en Argentina y varios países de Europa. Además ha traducido texto de Pinter, Steven Berkoff y Sarah Kane, entre otros.

Fuente: El País

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