sábado, 10 de octubre de 2009

“Sembrar conciencia y honrar a estas mujeres”

Esclavitud. La obra cuenta la historia de 200 mil mujeres convertidas en esclavas sexuales por el ejército japonés. En el Teatro San Martín (Corrientes 1530), este sábado 10 y el domingo 11 a las 20, y el martes 13 a las 18.

LA OBRA HOTEL SPLENDID LLEGA DE COREA AL FIBA

La compañía Cho-In Theatre hará la obra de la poeta Lavonne Mueller, centrada en la esclavitud sexual a la que fueron sometidas las mujeres coreanas por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

Leni González/Traducción Gustavo Passerino

Desde Seúl, Corea del Sur, llega al FIBA la compañía Cho-In Theatre con la obra Hotel Splendid, de la poeta y dramaturga norteamericana Lavonne Mueller, que cuenta la historia de 200 mil mujeres –la mayoría, coreanas– convertidas en esclavas sexuales por el ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial. La obra se presentará en el Teatro San Martín (Corrientes 1530), el sábado 10 y el domingo 11 a las 20, y el martes 13 a las 18.

Acerca del origen y el estilo de la compañía, respondió Lucinda Walker, la directora internacional del grupo: “Cho-In Theatre nació oficialmente en 2002 pero sus raíces se remontan a 1998, cuando el director artístico Chung-euy Park comenzó a explorar un nuevo lenguaje teatral, concentrándose en la respiración y los movimientos del cuerpo y usando las disciplinas del baile de máscaras coreano. Con la intención de mostrar la cultura coreana al público internacional, Park llevó sus producciones a festivales y giras internacionales. Cho-In Theatre trabaja junto al gobierno coreano para llevar las producciones a zonas de Corea donde no hay teatros y donde no llegan actividades culturales”.

En principio, la compañía se concentraba en representar obras no verbales ya que Park consideraba que con la respiración y los movimientos del cuerpo no se podía mentir y que la ausencia de palabras llevaba la conexión con el público a un nivel más profundo. Pero con Hotel Splendid, la compañía tomó estos principios y los aplicó a una obra con palabras. Por otro lado, todas las piezas de la compañía tienen un fuerte elemento relacionado con los derechos humanos. “El director quiere recordarle a la gente que la guerra y sus consecuencias están todavía vigentes en la vida diaria”, dice Walker.

–¿Por qué han elegido esta obra para presentarse en el FIBA?

–Creemos que no debe olvidarse la historia de las comfort women (esclavas sexuales del ejército japonés). Hasta ahora, los japoneses no han admitido su responsabilidad y no se han disculpado oficialmente. Algunas de las sobrevivientes todavía realizan protestas todos los miércoles frente a la embajada de Japón en Corea. Decidimos realizar esta obra para honrar a estas mujeres y sembrar conciencia sobre lo que ocurrió para que la historia no vuelva a repetirse. Lavonne Mullers escribió muchas obras sobre derechos humanos, incluyendo una obra sobre las Madres de la Argentina.

–¿Cómo ha sido la reacción del público en su país y en Japón?

–La historia de estas mujeres recién atrajo la atención del público en 1991, pero hasta hoy mucha gente en Corea e incluso el gobierno coreano quieren olvidar este tema. Algunas personas se retiran de la función porque lo consideran muy fuerte. Con esta obra, nuestra intención era que el público se sintiera orgulloso de estas mujeres y las considerara héroes y no sentirse avergonzado de ellas. Cuando realizamos esta producción por primera vez en Seúl, organizamos conferencias con alumnos de las universidades y nos sentimos orgullosos al descubrir que los estudiantes estaban tan enganchados con el tema. Todavía no presentamos la obra en Japón, cosa que nos gustaría, pero no sabemos cómo será recibida.

–¿El director y el elenco han tenido contacto con las víctimas?

–Sí, visitamos la casa donde algunas de estas mujeres vivían y también asistimos a algunas de las manifestaciones que realizaron frente a la embajada de Japón. Hay un pequeño museo, que recrea el tipo de habitación donde eran alojadas, lugares muy pequeños e incómodos, apenas tenían una manta. Esta experiencia fue muy fuerte para los actores. También trabajamos muy de cerca de las organizaciones que apoyaron a estas mujeres y les donamos un porcentaje de nuestras recaudaciones.

–¿Habrá traducción? ¿Cómo suponen que será la recepción de la obra en Buenos Aires?

–Como la obra es muy física y visual, pueden disfrutarla públicos que no hablan coreano. Con gran éxito, ya se ha presentado en otras ocasiones con subtítulos en inglés. También incluye canciones folclóricas coreanas y referencias al patrimonio cultural del país. Además, creemos que el público de cualquier nacionalidad puede experimentar estos temas, porque la esclavitud sexual y la prostitución todavía continúan. Nos gustaría que sea visto por un público diverso, que se sentirá conmovido por nuestra historia. Estamos ansiosos de visitar la Argentina, experimentar una nueva cultura y esperamos aprender mucho del público local.

Fuente: Crítica

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