El percusionista argentino, radicado en Brasil desde los 18 años, falleció esta madrugada en Salvador de Bahía.Por Humphrey Inzillo
Alguna vez lo definieron como "el Hendrix del berimbau", y aunque su arco instrumental excedía a ese instrumento, la definición está a la altura del talento de Ramiro Musotto Una explicación posible habrá que buscarla en su prontuario, que incluye colaboraciones con los más grandes músicos del Brasil (Caetano Veloso, Marisa Monte, Gilberto Gil, Paralamas, Lenine), en un país lleno de percusionistas talentosos.
La noticia de su muerte a los 45 años, esta madrugada, en Salvador de Bahía, es tan triste como impactante.
Un modo posible de recordarlo es a través de las palabras de su amigo, el productor Juan Trasmonte: "El Narigón se retiró hoy. Se fue de gira, como decían los viejos actores.
Desde ayer no puedo dejar de pensar en una noche que estábamos en el departamento de Laranjeiras, en Rio. Una sobremesa de horas. Estaban Rose y el Mintcho y Vinicius no se quería ir a dormir. Hablábamos de los Novos Baianos. Ramiro dijo "vamos a escuchar el vinilo". Se hizo un silencio de misa mientras escuchamos el disco entero. Después pusimos uno de Larralde. Una indómita síntesis de que nuestras sangres estaban mezcladas entre dos patrias.
"Acabou chorare "era una de sus canciones preferidas. Se la había hecho grabar a Adriana Maciel en el disco que le produjo. Recordemos a Ramiro como él quiso que lo recordemos. Con alegría y música. Muito axé para todos.
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