sábado, 15 de agosto de 2009

“En la película quise mantener el cruce de géneros que tiene la novela”

Juan Carlos Campanella

El director presentó en La Plata su último filme, El secreto de sus ojos.

Juan José Campanella llegó ayer a la ciudad para hablar sobre El secreto de sus ojos, la película que dirige y que se estrena hoy en todos los cines del país.

El director y guionista participó del preestreno del filme –que protagonizan Ricardo Darín, Soledad Villamil y Guillermo Francella– en el Cinema Paradiso y, luego, contestó todas las preguntas acerca de su nuevo trabajo.

–¿Cómo surgió la idea de hacer esta película?

–El proyecto surgió "de haber leído la novela, porque yo soy fan de Eduardo Sacheri, el autor, desde varios años antes de la película. Apenas salió el libro, que se llama La pregunta de sus ojos, me lo compré, pero sólo como lector ya que yo había hecho una sola adaptación con relativo éxito creativo, con nulo éxito en todos los demás, y me daba un poco de miedo. Lo que me encantó fue el cruce de géneros, que es lo que quise mantener en la película, que no sea ese policial con esos personajes que uno no conoce.

Campanella explicó que se juntó con Fernando Castell, para ver como harían una adaptación, pero luego la abandonaron "un poco", pero pasado un año "la idea volvía y volvía".
La imagen que regresaba a la mente de Campanella era la de un hombre grande comiendo solo en un restaurante. Y en el 2007 llamó al autor del libro, cuando le “cayó una moneda de cómo hacer la adaptación". Se comunicó con Eduardo Sacheri y le dijo cuales eran los "encares más básicos". El más importante era que el personaje de Irene (Villamil) esté en primer plano (cosa que no ocurre en la novela), además de otros cambios en lo dramático. "Si él se prendía a hacerlo conmigo, tenía que estar abierto a jugar con su novela, porque había muchas cosas de la novela que están buenísimas, recomiendo leerla, pero por ahí no son tan cinematográficas. A él le gustó probar y eso fue bárbaro", confesó el director.

–Con pinceladas, la película logra ser contundente en torno a lo que pasó en una época, ¿cómo se logra eso?

–Dudábamos mucho de cuanto mostrar o no, cuanto los jóvenes iban a saber o no. Parece mentira que haya una generación pensante y que no sepa lo que pasó durante la dictadura y lo que pasó antes. Siempre está el miedo de que el que no trae un conocimiento se queda afuera y, para el que sí trae el conocimiento, que si le explicás todo le pueda parecer aburrido, porque ya lo conoce.

Además, Campanella contó que una de las cosas que más le había interesado hacer, y que había empezado a plantearlo en la serie televisisva Vientos de agua, fue "una especie de polifonía de líneas dramáticas, no una línea principal y una que acompañe, sino dos líneas con la misma fuerza". En esta película "los ojos son un leit motive, porque los tipos están hablando del caso y con los ojos están contando otra historia con la misma fuerza". Acerca de las miradas entre los personajes, el director también comentó que son “el famoso subtexto de la escena: qué es lo que les está pasando a los actores por dentro; y si ellos lo están pensando y la cámara está cerca de los ojos, sale. El ojo no tiene músculos internos, no es que ellos puedan hacer nada con ellos más que estar pensando lo que están pensando. Los ojos es un leit motive, nunca hice planos tan cercanos de los ojos en ninguna película y no creo que los haga en el futuro", dijo.

Otro aspecto a destacar fue la utilización del lenguaje de la época. Sobre eso contó una anécdota: "En los agradecimientos aparece la mesa de la pizzería Los Inmortales, y Elena Campanella, que es mi hermana y miembro de la mesa. Ella entró a Tribunales en el ‘77 y se jubiló hace tres años. Tribunales es muy particular, es como si hubiera un lugar donde todos los periodistas del país o todos los directores de cine trabajaran en el mismo lugar. Son animales de tribunales que se juntan en Los Inmortales de Corrientes una vez por semana. Y yo fui con ellos porque justamente el lenguaje era una cosa que me importaba mucho".

–¿Sigue preocupado porque las escenas iniciales contengan el núcleo de la historia?

–Sí, me parece que eso es fundamental. Lo aprendí desde el cine de Lubitsch y me parece que es importantísimo en la película, que en los primeros cinco minutos, por lo menos, te cuente el tono. Tiene que contarte el tema y tiene que estar al principio. Esto es de la novela, porque la novela también empieza con un tipo tratando de escribir una novela y tiene un montón de principios similares para eso. Y ese comienzo de la novela es cinematográfico, acá lo que le agregamos es lo del tren...

Fuente: Diagonales

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