martes, 11 de agosto de 2009

“Argos aporta las herramientas para ver al arte y ver el mundo”

Evangelina Caro Betelú

El centro cultural de 10 y 34 brinda distintas propuestas culturales.

El centro cultural Argos (10 esquina 34) brinda a la comunidad de La Plata un espacio de dispersión y análisis sobre temáticas de actualiadad. La cabeza gestora de este proyecto de difusión cultural, Evangelina Caro Betelú, contó a Diagonales sobre la propuesta que este espacio ofrece a los platenses.

–¿Cuándo y cómo se fundó Argos?

–Lo fundé hace diez años cuando apenas terminé mi carrera universitaria, soy licenciada en Letras y siempre me gustaron los talleres de escritura y trabajar con la creatividad. Así comencé, con talleres de escritura y reuniones literarias, en un lugar que tengo con algunas aulas y que preparé para que estuviera acorde con la propuesta. En un primer momento tenía una sola aula, pero a medida que se incrementaban los talleres, fui trabajando el lugar y se reacomodaron otros sitios para desarrollar allí las actividades.

–¿Cómo fue el arranque?

–Al poco tiempo que comencé se sumó Rosa Teichmann, quien está al mando de los talleres de cine. Enseguida fue viniendo gente y aparecieron otros profesores, todos con título universitario porque más allá de que sea un taller, que sea algo sin ningún tipo de estructura rígida, sí me interesa tener el aval profesional de los docentes y ellos son todos egresados de la Universidad. Así se fue sumando gente y apareciendo nuevos cursos, se fue gestando este centro cultural donde tenemos una amplia variedad de talleres y cursos relacionado con la cultura.

–¿Fue difícil sobrellevar este proyecto?

–Ahora, con mis 34 años, pienso que fue un desafío bastante grande porque hace ya diez que comencé con esto. Salí de la facultad y fue una apuesta que tenía en mente hacer. Me fascina el trabajo con el arte, con la creatividad y me dije "yo quiero hacer eso". Y así nació. Obviamente hubo muchos altibajos para sostener esto, al no ser de primera necesidad, ante la primera crisis la gente lo abandona. Pero durante los diez años hubo continuidad en el proyecto y finalmente se formó un grupo grande de profesores que se mantiene hace bastante.

–¿Para qué edades están destinados los talleres?

–Desde 16 y 17 años y de ahí en adelante. Hay cursos que tienen mucha variedad de gente, lo cual aporta diversidades de opiniones que hacen a la heterogeneidad del grupo; el alumno trabaja junto con el profesor, lo que aporta mucho porque permite el cambio de diferentes puntos de vista, algo muy variado. Y, al principio, también había talleres para niños, de periodismo infantil, pero ahora el lugar ofrece cursos para personas mayores de 16 años.

–¿Cuál es la metodología que utilizan?

–Hay talleres que apuntan a la producción, como el de escritura y el de guión, ambos tienen dos niveles. Allí se pone el énfasis en que el alumno se lleve el producto terminado. Por ejemplo, en los talleres de escritura cada encuentro finaliza con una producción y todo el mundo aporta a la corrección de ese texto. Y en el taller de guión se hace un trabajo de cuatro meses y el alumno se lleva el guión finalizado, que incluso el día de mañana puede presentar donde desee. La gente se queda contenta porque se lleva su producto.

–¿Cómo surge cada nuevo taller?

–El taller tiene apertura si se arma el espacio. Es decir, si hay demanda y también si hay alguien capacitado para que lo dicte, si se encuentra la persona idónea para hacerlo. Algunas veces son los mismos profesores los que presentan un nuevo proyecto y se van viendo cómo se trabaja. Ahora se incluyeron los talleres de Historia del arte y Estética para adultos y un curso que se llama los Ojos de Picasso.

–¿Tienen algún tipo de subvención?

–No, por eso todos los cursos son pagos. Y también es como un hobby aparte. Acá lo fundamental es el placer, la gente va a hacer algo que le gusta en un lugar preparado para eso que le va a brindar saberes que no tenía. Las reuniones literarias y los concursos de cines aportan las herramientas para que cuando veas películas o leas un libro, puedas hacer un análisis más agudo o crítico. Es decir, Argos ayuda a que uno vaya adquiriendo las herramientas para ver al arte y ver el mundo.

–¿Cuáles son los cursos que se ofrecen en este momento?

–Dos de cine con diferente enfoque, que no exceden las 15 personas porque si no se pierde el trabajo de taller. En los cursos de producción, se necesita mucho trabajo, así que no son más de diez personas para hacer un trabajo bueno con cada uno. La gente se conoce, intercambian mails y los encuentros funcionan en la sede una vez por semana.

–¿Qué significa Argos?

–Es un barco de la mitología griega en el que un grupo de jóvenes selectos fueron a buscar el vellocino de oro y emprendieron una aventura llena de hitos. Bueno, este proyecto tiene que ver un poco con el emprendimiento, con la búsqueda de algo mejor. En el arte está puesta la belleza con estos objetivos.

Fuente: Diagonales

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